jueves, 24 de noviembre de 2011

El baúl de los buenos recuerdos

No puedo dejar de sorprenderme al ver tales juguetes, eléctricos modernos creados de la necesidad de sonreír por horas. Alegres adaptaciones que demuestran ingenio y creatividad. Mientras juegan los niños, no saben de pobrezas aunque vivan en ella, no saben de mercados menguados o del devenir de cuentas por pagar. Estos niños son ingenio e inocencia, desarrollo, originalidad y pasión.

Esta clase de juguetes llenos de recursividad y de afanosa necesidad, están los que llenaron a nuestra niñez de inmensa alegría, pequeñas realidades impresas en láminas de hojalata, simulaciones fantasiosas de la cocina de mamá, aviones de pila mediana que cambiaban de ruta al primer choque, sirenas ambulantes, juguetes de cuerda. Es que hasta destapar las salchichas enlatadas era todo un juego; insertar la llave en la pestaña y dar cuerda alrededor de la lata para compartir con tu mejor amigo el frío manjar.
Es el juguete, es el juego, es la academia temprana de futuros roles, es la socialización de inéditos guiones, de la fantasía, de la creación de inocentes momentos de otra realidad.
Es por eso que quiero que los niños vuelvan a jugar con los  carros y se escondan nuevamente a la voz de cien, que quemen la olla y boten el tarro o que hagan zancos con él; que manejen llantas con dos palos de escoba o azoten una llanta de bicicleta, que se vendan más caballitos de madera y se pongan de moda los ula-ula. Que se pinten golosas en la calle y se corran vueltas a Colombia con tapas cargadas de cáscara de naranja. Que regresen mis juguetes viejos, mis juguetes de hojalata.
Qué bueno es recordar esos buenos  momentos de nuestra niñez, jugando en la calle sin temor algunos yermis, tintin corre corre, Rejo quemado y no puede faltar uno, dos y tres con los carritos en el andén o pistas hechas con tiza. Ahora los nuevos juguetes de  los niños están diseñados  para captar la atención de estos pequeños, por eso además de ser apropiados para el desarrollo de los niños, resultan también para nosotros los adultos de lo más sorprendentes, facilitan el aprendizaje y desarrollo en las primeras etapas de su crecimiento, como, habilidades motrices, lenguaje, inicio de lectura, inicio de matemáticas, música y estimulación de su creatividad.
Por eso hoy en día no vemos a ninguno de nuestros  hijos jugando como solíamos hacer nosotros, si no que prefieren juguetes interactivos que incluyen audio, efectos de sonido y música.
Por:
Mayra Forero

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